El restaurante ofrece una excelente vista, creando un ambiente agradable para los comensales. Además, cuenta con una terraza al aire libre, lo que permite disfrutar de una deliciosa cena bajo las refrescantes sombrillas. También se destaca el comedor interior, que es tan impresionante que vale la pena acercarse solo para echarle un vistazo.
Para los vegetarianos, el restaurante ofrece un puñado de opciones para elegir en su menú. La comida no solo es deliciosa, sino que también se sirve en porciones del tamaño correcto, asegurando que no se desperdicie comida. Incluso tienen opciones de tamaño infantil para los más pequeños.
El servicio en este restaurante es de 10/10. Los camareros, como Ángel y Christopher, son muy atentos y profesionales, siempre con una sonrisa en el rostro. Además, el servicio es rápido y eficiente, lo que contribuye a una experiencia gastronómica agradable.
Algunos de los platos que se destacan en este restaurante incluyen la tarta de la abuela, los huevos rotos, el calabacín y las costillas o cerdo desmenuzado. Además, las tapas son deliciosas y la sangría es una opción refrescante para acompañar la comida.
El restaurante tiene una terraza al aire libre que es accesible para sillas de ruedas. Sin embargo, el comedor principal se encuentra bajando uno o dos tramos de escaleras, lo que puede dificultar el acceso para sillas de ruedas, como suele ser el caso en la mayor parte de Madrid.