La especialidad del restaurante es la auténtica cocina china en versión street food, con recetas tradicionales traídas directamente de China.
La decoración del restaurante está inspirada en la ciudad de Shangri-La y combina tradición y vanguardia. Tiene amplias cristaleras, paredes empapeladas de distintos colores, grandes lámparas tipo farolillo y rincones rodeados de plantas que crean una atmósfera cálida y tranquila.
Se recomienda probar la sopa won tong, el pollo al limón, el arroz de buenos recuerdos, el auténtico pato laqueado y los rollitos estrella de la casa. También se destacan los tallarines hechos a mano, las gambas con melón y el shou zhua shou gan mian.
El restaurante ofrece varios menús degustación que buscan ofrecer nuevas sensaciones y choques de sabores en el paladar. Incluyen platos fríos como la ternera con callos o el pollo picantón, platos refrescantes y originales como el ñame con gambas, salsa de ostras y pimienta de Sichuan, y Dim sum con opción vegetariana.
El servicio del restaurante es excelente, con un personal muy atento y un servicio rápido. Además, la relación calidad-precio es muy buena, ofreciendo platos y postres muy ricos a precios accesibles.