Black Indian Tattoo fue fundado en 1998, convirtiéndose en uno de los primeros estudios de tatuajes en establecerse en Madrid.
En la actualidad, Black Indian Tattoo cuenta con cuatro tatuadores profesionales y una piercer en su equipo.
Una de las prioridades de Black Indian Tattoo es ofrecer la mayor calidad posible en sus trabajos, tanto artística como técnicamente.
El estudio cumple con todas las medidas higiénico-sanitarias necesarias, como la esterilización por autoclave, la limpieza de material con ultrasonidos y el uso de material 100% desechable de las primeras marcas y calidades.
Los profesionales de Black Indian Tattoo se esfuerzan día a día para mejorar en sus campos, formándose continuamente y estando al tanto de las últimas técnicas y materiales de su sector.